lunes, 21 de noviembre de 2011

WR-03






Holanda/Paisaje. Pólder_Meteorología_Cambio Estacional_Mapa Aéreo_Cuencas Visuales.







Datos de viento de 39 estaciones meteorológicas de Holanda. Fuente windfinder










5 Videos Historia de los Molinos Holandeses. Estos son los enlaces.
http://www.dutchwindmills.tv/CLIPS/FlashEpisode01/DW_Episode01.html
http://www.dutchwindmills.tv/CLIPS/FlashEpisode02/DW_Episode02.html
http://www.dutchwindmills.tv/CLIPS/FlashEpisode03/DW_Episode03.html
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jueves, 27 de octubre de 2011

EL FUEGO Y LA MEMORIA:SOBRE ARQUITECTURA Y ENERGÍA, Luis Fernández-Galiano, CECAE Nº1/2007

EL FUEGO Y LA MEMORIA:
SOBRE ARQUITECTURA Y ENERGÍA
Luis Fernández-Galiano
Arquitectos Estrategias de formación
Revista del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, Nº1/2007
EL FUEGO Y LA MEMORIA: SOBRE ARQUITECTURA Y ENERGÍA, Luis Fernández-Galiano. CSCAE N1/2007.
·         Paradigma de la vida y arquitecturas termodinámicas. Heliotecnología, bioclimatismo y rehabilitación, entre la energía y la entropía.
La importancia de la energía para la arquitectura, se ha perfilado desde la termodinámica, en el panorama general del pensamiento contemporáneo. La reiterada oposición entre la termodinámica y el pensamiento mecanicista, entre el paradigma mecánico y el entrópico como una manifestación filosófica y científica de la vieja dualidad ente visión mecánica y la visión orgánica de la arquitectura. Estas deducciones, entrelazan termodinámica y biología, vida y energía.
Se hace imprescindible explorar la naturaleza de la relación entre la energía y vida, así como, esclarecer la oposición entre organismo y mecanismo. Solo a través de esta doble exploración es posible situar la visión termodinámica en el marco y perspectiva de la crítica de arquitectura.
·         La arquitectura del primer principio: El mecanismo heliotécnico.
La visión termodinámica del arquitecto puede llevar a concepciones organicistas; pero de la misma manera puede conducir a la práctica del mecanismo, como demuestra la última hornada de arquitectura heliotécnica. La arquitectura solar activa, puede considerarse como una expresión contemporánea de la gran tradición mecánico-tecnológica que llega hasta Norman Foster o Richard Rogers, con diseños determinados por las cartas solares como la expresividad  maquinitas con aspas, conductos, torres metálicas o las bombas, hacen de esta arquitectura digna sucesora de la machine á habiter.
 “un edificio único por todas las naciones y climas, la casa con respiración exacta” Le Corbusier.
La arquitectura moderna, en su ruptura con la singularidad de los lugares, perseguía tanto la receptividad de los edificios en el espacio como la repetibilidad del espacio en los edificios. Entre los arquitectos del Movimientos Moderno que buscaban introducir la construcción en el mundo cuantitativo, mecánico y normalizado de la producción industrial, sustituyendo la creación de lugares por la producción  de espacios homogéneos, y la arquitectura heliotecnica no hay mucha variedad, bajo los colectores solares, de esta tipo de arquitectura, no hay un espacio muy distinto al que existe tras las celosías de Le Cobursier o los muros cortina de Mies. El espacio que albergan es mudo ante la percepción térmica: el frescor de la sombra, el agobio del fuego o el alivio de la brisa leve.
Esta arquitectura, obsesionada por máximos de captación, mínimos de pérdidas y óptimos de rendimientos constituyen un ejemplo del enfoque mecanicista.  La construcción heliotécnica es la expresión más clara de lo que podría denominarse “arquitectura del primer principio”, con su énfasis en los aspectos cuantitativos que caracterizan “la cultura de la energía”.

·         Culturas de la entropía: El pesimismo de Georgescu y el optimismo de Prigogine.
Para optimismo entrópico del químico Prigogine, la termodinámica (no lineal) a través de su teoría de estructura disipativas es esencialmente azar, fluctuaciones, desequilibrio, que son, en último término, generadores de orden. Para el pesimismo entrópico del economista Georgescu-Roegen, la termodinámica es necesidad, obligada ley de hierro que conduce irremediablemente hacia el desorden.  Si se tienen en cuenta ambas teorías se comprenderá que la termodinámica es “azar generador de orden” en fragmentos del proceso, mientras que ha de entenderse como “necesidad generadora de desorden”  en el conjunto.
·         Las arquitecturas del segundo principio: Bíoclimatismo y rehabilitación.
La arquitectura del segundo principio podemos considerarla dividida por la misma censura que separa las dos interpretaciones de la entrópia. Existe una arquitectura solar pasiva, más preocupada por el control que por la maximización de la captación de las energías naturales, que no busca su modelo en la máquina industrial sino en el organismo artificial; ésta sería la manifestación constructiva de lo que calificábamos como optimismo entrópico. Y existe igualmente, una arquitectura de rehabilitación, tan atenta al proceso de degradación entrópica de la materia como el que afecta a la energía, dedicada a la recuperación y al reciclaje.
Amabas arquitecturas “del segundo principio” suponen una ruptura con el paradigma mecanicista, aunque de distinto carácter, la primera pone más énfasis en la energía de mantenimiento, la segunda en la energía de construcción; a lo optimista le importan los procesos que tienen lugar en el edificio, a la pesimista la edificación como proceso. Las dos prestan gran atención a la energía informativa: en el primer caso, como reguladora de flujos, en el segundo, como susceptibles de acumularse en la materia.
La arquitectura pasiva constituye una prolongación de los enfoques orgánicos, con su énfasis en la adecuación climática y la integración en la naturaleza. La arquitectura de rehabilitación, por su parte, traduce en lenguaje contemporáneo la adecuación a  formas preexistentes, bien sean las grandes cristalizaciones estilísticas, bien aquellos del anonimato neo-vernácula; la integración de la historia es concepto esencial en este caso.
·         Arquitectura termodinámica ante el tiempo y la función.
No existe una sola arquitectura de la energía, sino varias, y todas ellas significativamente emparentadas en el mundo cultural contemporáneo. Cabe distinguir una arquitectura energética activa, heliotécnica, mecánica, que asociábamos al primer principio; una arquitectura pasiva, bioclimática, orgánica, que representa la cara optimista del segundo principio; y finalmente, una arquitectura de rehabilitación, atenta a la disipación de la energía como a la degradación de la materia y la información, que constituye la cara pesimista de la entropía.
Las tres arquitecturas termodinámicas emergen con especial vigor a partir de la crisis económica y energética de los países industrializados de 1973. Estas circunstancias dan como resultado arquitecturas marcadas por la crisis por un sentido de funcionalidad.
Las arquitecturas bioclimática y heliotécnica constituyen una visión energética, que no solo conduce al organicismo, sino que lleva consigo un resultado mecanicista; frente a una tercera arquitectura termodinámica, centrada en la rehabilitación física y simbólica, en pugna con la degradación que la entropía, o el tiempo irreversible, opera tanto en la materia como en la información.  Al contrastar esta tercera alternativa con las dos primeras, se percibe más nítidamente los vínculos que unen éstas entre sí, el esclarecimiento de la naturaleza de la relación entre organismo y mecanismo.